Issac Pavel Atilano Rodríguez | Politólogo UNAM

¿CÓMO SE RELACIONA EL USO DE INTERNET CON EL COMPORTAMIENTO POLÍTICO EN MÉXICO?


Introducción
La política es un mundo en donde existe una gran diversidad de corrientes, teorías, perspectivas y posturas que tratan de comprender los fenómenos relativos a la materia, pues se sabe que los acontecimientos que se dan en este ámbito pueden ser interpretados de diferentes maneras que, luego de cierto tiempo, producen cada vez más interrogantes que dejan como consecuencia un avivado debate sobre cuál es la mejor forma de entender los hechos sin perder la objetividad.

A través de las décadas la ciencia política ha tratado de acercarse lo más posible a la realidad por medio de conceptos y teorías especializados en dicha rama del conocimiento, lo cual, aunque no en la mayoría de los casos, la ha llevado a cristalizar los resultados de sus investigaciones y a postularlos como explicaciones cuasi-experimentales en el ámbito de “la política de campo”.

En la actualidad, además de válido, es muy útil pensar que muchos otros fenómenos del comportamiento político aún no logran descifrarse. Al respecto Anduiza y Bosch (2004: 16) señalan que el análisis de ese objeto puede sujetarse a cuatro preguntas primordiales “¿De qué forma y con qué frecuencia participan los ciudadanos? ¿Quién participa? ¿Qué factores explican esta participación? y ¿Qué consecuencias tiene la participación?”.

Generalmente al acercarnos a la literatura de la ciencia política nos percatamos de que así como han habido notables estudios sobre partidos políticos (Duverger, 1951; Kitschelt, 1966; Sartori, 1980; Panebianco, 1982; Ware, 1996; Alcántara, 1997), procesos electorales (Sartori, 1991; Lijphart, 1994; Nohlen, 1994; Norris, 2014), actores políticos (Wright, 1975; Easton, 1989; Giddens, 1990; Dahl, 1991), sociología política (Giddens, 1994; Foucault, 1996; Luhmann, 2002; Bauman, 2004;), comunicación política (Habermas, 1981; Sartori, 1997; Touraine, 1998; Roderck, 2003), etc. siguen habiendo interrogantes que no hemos podido resolver de manera que satisfaga todas nuestras inquietudes.

Adicionalmente, alrededor del comportamiento político se han logrado acoplar teorías provenientes de la sociología y de la economía para aprovechar con mayor efectividad la información que hay al respecto.[1] Dicho de otro modo, la ciencia política ha expropiado el pensamiento socioeconómico para dar un paso más seguro para responder a la pregunta ¿por qué la gente se comporta de una u otra forma con respecto a la esfera de lo político?

Los temas y subtemas que comprenden la problemática del comportamiento político son amplios y cada cual debe ser estudiado con integridad; por nuestra parte, el presente ensayo únicamente se enfocará en reflexionar sobre la relación que se da entre el uso de internet (particularizándolo como uso de redes sociales) y el comportamiento político y electoral que la sociedad mexicana manifiesta a través de este medio.

Relación entre el uso de internet y el comportamiento político en México
En primer lugar hay que aclarar qué es lo que entendemos por comportamiento político: este básicamente se refiere a las actividades que los integrantes de una comunidad dirigen hacia su sistema político y los elementos que lo conforman. En otras palabras, al hablar de este particular tipo de comportamiento nos referimos a las “acciones e interacciones de individuos y grupos implicados en el proceso de gobierno” (Anduiza y Bosch, 2004: 37) es decir con aquello que constituye “lo político” (autoridades, sistema de gobierno, campañas electorales, candidatos, partidos, etcétera).

Ahora, independientemente de si el comportamiento político mexicano ha tenido o no variaciones significativas en los últimos 20 años, con total acierto podemos afirmar que lo que sí ha cambiado considerablemente han sido los canales a través de los cuales expresamos nuestras opiniones. Si en 1997 la televisión, la radio y los periódicos eran las principales fuentes que proveían la información cotidiana, hoy en día el internet ha suplido casi por completo esa función.

Una característica que hay que destacar es que aquellos medios de comunicación eran unidireccionales, ya que la interacción entre los ciudadanos y las autoridades político-administrativas era escasa. En contraste, el internet ha facilitado enormemente el intercambio vertical y horizontal de ideas, es decir que aparte de permitir la comunicación entre los ciudadanos también se genera un contacto con las figuras públicas más la posibilidad de recibir respuestas de su parte.

En la época moderna la sociedad ha adquirido características de innovación en cuanto a los instrumentos que utiliza para realizar sus tareas básicas, quedando como consecuencia la existencia de más tiempo libre para el desarrollo de otras actividades de ocio y esparcimiento. El correcto aprovechamiento de este tiempo puede dar resultados positivos, como un número más elevado de personas que, con los recursos necesarios, “naveguen” a través del mundo virtual y “visiten” o se informen de hechos y acontecimientos que suceden en la lejanía de su hogar.

Otro beneficio obtenido de la red es que ahora los ciudadanos pueden ponerse en contacto tanto con organizaciones no gubernamentales (ONG’s) u otros grupos civiles de interés común y también con autoridades locales, estatales y federales para cuestionar sus acciones, exigir resultados, formular peticiones y expresar sus opiniones acerca del desempeño de sus funciones.

De acuerdo con los datos del INEGI (2015), en México:

En abril de 2014, se registraron 47.4 millones de personas de seis años o más en el país usuarias de los servicios que ofrece internet, que representan [en ese entonces] aproximadamente el 44.4% de esta población. De los 12 a los 17 años, el 80% se declaró usuaria de internet. También se observa que la proporción decae conforme aumenta la edad. Para el siguiente grupo, de 18 a 24 años, la proporción se reduce a dos de cada tres. La proporción se reduce a la mitad en adultos jóvenes (de 25 a 34 años). Aunque los usuarios de más de 44 años representan menos de la mitad de la población adulta, puede destacarse que incluso entre los de más de 55 años, al menos uno de cada diez declaró hacer uso de internet.

¿Y de qué nos sirve tener la anterior información? Para el objetivo que nos trazamos el hecho de saber qué sector de la población es activa en internet nos permite imaginar el contenido que se consume y anticipar una posible respuesta a la siguiente interrogante: ¿cómo se relaciona el uso de internet con el comportamiento político? Al singularizar esa actividad, hallamos que “la franja de usuarios con el uso más intensivo de las redes sociales se encuentra en los millennials,[2] pues uno de cada tres usuarios de redes sociales se encuentra en el rango de los 15 a los 24 años” (Forbes, 2014).

También es importante saber qué red social es la más utilizada ya que ese dato permite inferir qué tipo de información se comparte entre los usuarios, pues “el promedio de edad de los usuarios de las redes sociales en México es de la siguiente manera: para Facebook el promedio de edad de los usuarios es de 30.2 años. En ese tenor, la red social más joven es Ask.fm (24.8 años) y la más ‘vieja’ es Linkedln (38.6)” [cursivas son del autor] (Forbes, 2014).

Sabemos que el contenido de Facebook y Twitter puede estar más apegado a la esfera pública puesto que a través de dichas páginas se puede compartir, entre otras, información política,[3] es decir que nos enteramos de cuestiones de interés comunitario. Por otro lado, la forma en que la mayoría de nuestros gobernantes utilizan las herramientas virtuales no es tan intensiva como lo es en Estados Unidos. En Animal Político (2012) se indica que

Mientras que en Estados Unidos las formas para involucrar al elector que usa las redes son diversas y creativas, Ricardo Amado ve que en México sólo hay una “guerra” discursiva entre los votantes a favor de un partido o candidato y quienes no saben por quién votar.
Entre Estados Unidos y México hay otras similitudes importantes que involucran a los electores: su disposición a “activarse sin invitación” en temas políticos, y su rapidez y creatividad para burlarse de los políticos en las redes.[4]

Ahora pensemos de nuevo la pregunta ¿cómo se relaciona el uso de internet con el comportamiento político? Pues bien, mucho depende de la “temporada política” en la que nos encontremos puesto que hay una gran diferencia entre: a) periodo previo a las elecciones; b) transcurso de campañas electorales; c) jornada electoral; y d) periodo posterior a las elecciones. Entendamos que esto también significa una diferencia entre el partido en el poder (y sus candidatos) y los partidos-candidatos de oposición, ya que la línea discursiva de ambos es distinta dado el lugar que ocupan al interior del sistema político en sí.

Por parte de las personas podemos esperar reacciones de todo tipo relacionadas con su ideología política y su preferencia partidista pues además de participar en los comicios (como miembro activo de una campaña en calidad de militante o simpatizante o simplemente como espectador), igualmente pueden involucrarse en actos como mítines, marchas, plantones, huelgas y firma de peticiones en formato físico o en sitios en internet.

Si bien puede haber una parte de la población que simpatice con los candidatos del partido en el poder, no se descarta la idea de que haya una mayor parte del electorado que quiera votar por una opción distinta (no necesariamente partidista); estos gustos se configurarán de uno u otro modo pero siempre se llevarán por tres vertientes: aceptación, rechazo y/o apatía. El modo en que estos sentimientos se manifiesten a través de la red es diverso. Algunos preferirán burlarse de los temas políticos que se estén tocando y algunos otros querrán formular peticiones, hacer protestas o limitarse a escuchar propuestas.

La reflexión que nos deja las anteriores líneas es simple. Aunque el internet ha facilitado el flujo de información política, colocándola en una especie de vitrina pública, no en todos los casos ello ha incentivado a que los ciudadanos cambien su postura y sus actitudes ante ciertos temas, sino más bien los ha impulsado a opinar respecto a estos. Viéndolo de otra manera, el internet facilita la expresión de las ideas políticas, pero no las cambia ni las modifica, o al menos así funciona en el grueso de la población mexicana.

Reflexiones finales
La intensidad en el uso de redes sociales para la comunicación gobierno-gobernados es muy baja, de acuerdo con el INEGI (2015) en el 2014 sólo el 1.3% de los usuarios de internet en México se valían de esta herramienta para interactuar con el gobierno (en primer lugar se encuentra el rubro “para obtener información”). Esta situación posiblemente se deba al bajo nivel de respuesta que los internautas perciben por parte de las autoridades.

El comportamiento político puede depender de dos factores: el primero, de la forma en que las personas perciben el mundo, es decir, de los valores desarrollados previamente en el núcleo familiar y que se relacionan con su cultura política. Es posible que dentro de ese círculo de confianza se formen tendencias conservadoras o liberales que impliquen cierto rechazo hacia medidas gubernamentales que no se acoplen a su ideología.

En segundo lugar, su comportamiento puede verse influenciado por razones más económicas que sociales, es decir, de cómo evalúan la acción del gobierno en cuanto a temas de interés general como el empleo, la salud, la educación o la seguridad. Como consecuencia, los votantes podrán preferir a un partido que si bien no sea ad hoc a sus ideas tradicionales, a éste se le vea con la capacidad de llevar la política por un camino estable.

En los dos ejemplos anteriores el comportamiento político no se ve enteramente influenciado por lo que se publica en internet, pues esto último más bien sirve como una vitrina a través de la cual se puede mirar y juzgar a “lo político” y reafirmar los gustos y rechazos que las personas ya se han formado previamente. De este modo las redes sociales no sólo fungen como un medio de información, sino también de comunicación y vinculación entre los actores políticos. Pues, las redes sociales no son un actor político per se, sino un factor más que se relaciona con el sistema de gobierno que se tenga.

Bibliografía consultada
Animal Político, (2012) “5 usos electorales de las redes que EU hace y México desdeña” [en línea] obtenido en: http://www.animalpolitico.com/2012/03/5-usos-electorales-de-las-redes-que-eu-hace-y-mexico-desdena/ [recuperado el 25 de julio de 2017]
Fernández, A., (2012) “Millennials: la generación malcriada que quiere cambiar al mundo” [en línea] obtenido en: http://www.abc.es/20121103/sociedad/abci-millennials-generacion-201211021603.html [recuperado el 25 de julio de 2017]
Forbes-México, (2014) “México, primer lugar en penetración Social Media” [en línea] obtenido en: http://www.forbes.com.mx/mexico-primer-lugar-en-penetracion-social-media/ [recuperado el 25 de julio de 2017]
INEGI, (2015) “ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DEL DÍA MUNDIAL DEL INTERNET [en línea] obtenido en: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2015/internet0.pdf [recuperado el 25 de julio de 2017]
Anduiza, E., y Bosch, A., (2004) Comportamiento político y electoral. España: Ariel.


[1] Acerca del tema se puede consultar: Sulmont Haak, David (2010). Los enfoques teóricos sobre el comportamiento electoral.
[2] Son aquellas personas nacidas entre 1981 y 1995 (aproximadamente). Sus edades van entre 15 y 29 años y son los hijos de la generación del Baby Boom. Obtenido en: http://www.abc.es/20121103/sociedad/abci-millennials-generacion-201211021603.html
[3] Sin embargo, “tal parece que la política mexicana ve en las redes sociales más una extensión de sus boletines de prensa, que un canal bidireccional que puede acercarlos de forma muy efectiva con sus gobernados” (FORBES, 2014).
[4] En la página web de Animal Político se señalan los “5 usos electorales de las redes que EU hace y México desdeña”; éstos son: 1.- investigación profunda y detallada de la oposición; 2.- Aprovechamiento de las coyunturas; 3.- Hipersegmentar; 4.- Exacerbar las diferencias; y, 5.- “Ayudar a ayudar”. Se puede ver más en: http://www.animalpolitico.com/2012/03/5-usos-electorales-de-las-redes-que-eu-hace-y-mexico-desdena/


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