Un año que se va, y un nuevo proceso en las Relaciones Internacionales

Eder G. Victoria




Se acaba el año, hoy ya es 31 en otra parte del planeta, donde se preparan para dar paso al nuevo año y escribir el primer capítulo de lo que será la historia durante 365 días de todas las naciones. 

Este año surgieron varios acontecimientos que marcaron el 2016, pero además marcaron el siglo XXI, la razón, pues nos dieron una sorpresa al presentarse como hechos que no estamos acostumbrados a presenciar pero también como realidades que pueden suceder como el simple hecho de patear un balón de fútbol y este de un ángulo de tantos grados contrario a la dirección que inicialmente pateamos, esto podría explicarse por la velocidad y claro el cambio que le da el viento al esférico. Sin embargo estos hechos no pueden explicarse de la misma forma como esos fenómenos, ya que suceden con un cambio significativo en el tiempo como pasa con las Relaciones Internacionales. 

Si bien estos hechos cambian de forma rápida, una de las labores más importantes de los internacionalistas es tratar de explicar tanto lo que ssucede, como los factores y actores involucrados en ellos, pero además analizar esos cambios que además modifican eventualidades y procesos en otras latitudes a futuro.

No me centraré en hablar de cada hecho que sucedió durante el año, ya que la finalidad de este texto es hablar de un pronóstico a futuro del escenario internacional, tomando los hechos acontecidos y tratando de apostar a lo que sucederá en el mundo el próximo año. 

Acordaremos de forma geográfica y continental el posible pronóstico con un análisis referencial y anacrónico, que contemple los procesos y las estructuras que generan tanto estabilidad como inestabilidad así como tópicos que se refieran a la tensión y conflicto. 

Comenzaremos con América, nos encontramos en una confrontación de intereses en el Sur, donde apenas hace una década parecía que la izquierda daría ese empuje desde Brasil hasta Venezuela, sin embargo también se presentaron algunas irregularidades en los gobiernos, por una parte la transición indefinida y los mecanismos de negociación regional hacia otras partes del mundo, para este año se ampliará la comunicación con el norte dando así un resurgimiento de lo que llamamos América Latina, esto debido a la búsqueda y necesidad de integrar América como un proceso de singularidad política, económica y social, antes de finalizar el año es probable de que en algunas naciones podamos ver la alternancia por parte de la izquierda que se verá reforzada, pero no como la izquierda que solemos conocer, es decir revolucionaria, social y colectiva, si no una izquierda pragmática y reformadora pero con un empuje clasista, quizá una nueva forma política que se estuvo reservado como paso con el Realismo antes de superar al Idealismo. Por otra parte en América Central un proceso revolucionario estará activado, sea para ejecutarse en el año o como le digo "cocinarse" en esta "gastronomía social y reaccionista" en sucede en esta franja del continente. En América del norte las cosas se tornarán tensas, por una parte las relaciones de seguridad hemisférica y regional, entre los países y una separación de intereses, quizá una nueva relación bilateral entre México y Canadá, dejando aislada la agenda con Estados Unidos, pero no como algo inmediato, si no gradual.

En Europa la situación se tornará difícil, por una parte la crisis migratoria que ya existe y la salida de dos naciones más de la Unión Europea, la probable disminución de apoyo y posible salida de Estados Unidos de la OTAN o una reforma a ese organismo, esto para dar una actualización a la Unión que exista entre los países miembros, quizá un acercamiento a Rusia y la integración de nuevos miembros. 

En África podremos observar un cambio constante tanto en los gobiernos como en las instituciones que se irán desarrollando, empujando a aquellas naciones que retoman la unidad desde el sur, el norte tomará un nuevo capítulo, por una parte los conflictos que se encuentran activos disminuirán pero no se extinguirán, esto ya que el EI se hizo muy fuerte en este año y lamentablemente operará desde el el centro de África y otras latitudes como Asia, esto no le dará un mal panorama al continente, pues este actor se encontrará aislado y contenido. No podemos dar el mejor panorama en esta región del continente, pero si podremos estar seguros que será una gran prueba para África en temas de seguridad regional, tal vez veamos un conflicto o varios pero donde no repitamos genocidios si no la lucha con el llamado terrismo y la participación de algunas naciones en tas militares auxiliados por Europa, Rusia, China y Estados Unidos, este último con reservas debido a la participación de China.

Asia dará vuelta a su historia, las naciones emergentes podrán diversificar aún más sus relaciones con Europa y América Latina, es muy probable que tengamos un conflicto en Corea del Sur el cual estaría apoyado por Japón y Estados Unidos, China se renovará para poder adaptarse a la era de la complejidad y tomar asuntos donde además de lo comercial deban integrarse a los temas que se darán en la Política Internacional.

Algunas consideraciones

En Medio Oriente se iniciará un proceso de reconstrucción regional, es muy probable que Israel comience un nuevo conflicto en la franja de Gaza de mayor escala, sin embargo la comunidad internacional lo sancionará a través de la propuesta de un nuevo miembro en la Asamblea General y llegar pro fin al 194 de la ONU.

Cuba entrará con algunas propuestas en la OEA y es posible un golpe de Estado en Venezuela, se dará una alternancia en Bolivia.

Al final sólo puedo argumentar que será un año interesante para renovar la disciplina, para concretar análisis y para desarrollar propuestas metodológicas que se adapten al Siglo XXI, sobre todo será un año en el que para nosotros deberá ser el inicio de la construcción antropológica de las Relaciones Internaciones y el inicio de una nueva era en la política mundial.













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