Yair Candelario Hernández Peña | INTERNACIONALISTA UABC
Introducción
El objetivo principal que persigue este texto es dar respuesta a dos interrogantes, ¿tiene el actual sistema internacional una estructura multipolar? y ¿es la polaridad una categoría de análisis adecuada para la comprensión del sistema internacional contemporáneo?, tales preguntas son importantes de analizar y dar una respuesta objetiva, sobre todo ante un sistema internacional globalizado, transnacionalizado y con interdependencia creciente (otros dirían dependencia mutua).
Respecto al sistema internacional globalizado, en el texto de Sanahuja (2008) denominado “¿Un mundo unipolar, multipolar o apolar? El poder estructural y las transformaciones de la sociedad internacional contemporánea”, se menciona que este proceso desde la visión funcional se caracteriza por,
“…la mayor interdependencia entre Estados, provocada por la integración de los mercados y del espacio político y social, supone una mayor demanda de reglas e instituciones que permitan que esas relaciones de interdependencia respondan a pautas predecibles y ordenadas. La globalización, por ello, diluye el carácter «nacional» de las relaciones sociales, los mercados y la política y pone en cuestión el concepto tradicional de soberanía del Estado y su capacidad efectiva para regular los mercados y las relaciones sociales, garantizar la seguridad”. (Sanahuja, 2008:307)
Por lo antes citado, es menester comentar que las relaciones internacionales actuales, ya no solo son interacciones entre Estados-nación, sino que la arena internacional cuenta con otros actores, tales como las organizaciones internacionales, las empresas transnacionales, las empresas multinacionales, los grupos no estatales, las organizaciones no gubernamentales, entre otros.
Dichos actores han proliferado después de la caída del muro de Berlín en 1989. Entonces el análisis de las relaciones internacionales es complejo, pues ya no solo la disciplina analiza al Estado como único actor, sino que también son objeto de estudio los otros actores, por lo que se ha pasado del análisis estatocéntrico a otras corrientes de análisis multiactoral.
Respecto a la estructura del sistema internacional, está según la teoría con la que se analice serán las opiniones respecto a ella, por tanto, desde una visión neorrealista, sobre todo siguiendo a Waltz quien hace una clasificación del sistema internacional en tres imágenes, la primera refiriéndose al sistemático (ámbito internacional), el estatal y el individual; por otro lado se tiene la visión del sistema internacional regido por instituciones internacionales, es decir la visión neoliberal; y también está la estructura propuesta por Robert Cox, desde la teoría crítica refiriéndose a que el sistema internacional debe ser estudiado tomando en cuenta el proceso histórico, y además se deben tener en cuenta elementos como las capacidades de los actores (económicas, militares, financieras, etc.), las ideas e instituciones. Resulta conveniente decir que la estructura por sí sola no nos dice nada, sino que habrá que estudiar y analizar los procesos que se dan dentro de esa estructura, utilizando las teorías que se consideren convenientes. (Sanahuja, 2008)
Por consiguiente, se hace una revisión breve sobre algunas teorías de las relaciones internacionales que ayudan a dar respuesta a las preguntas a responder, después se responderá a ambas preguntas y finalmente se presentan algunas reflexiones finales.
Algunas teorías para la comprensión de lo “multipolar”
La disciplina de las relaciones internacionales fueron cuestionadas en sus inicios (después de la segunda guerra mundial) justo porque se apoyaban en otras disciplinas como la historia, la sociología, la economía, el derecho entre otras para dar sustento a estudio académico de lo que se proponía analizar, cuestionar y proponer, no se tenía un método para tales cuestiones. Con el devenir de los años se han construido teorías que conforman la metodología de la disciplina y por ende, ayudan a sustentar de manera más objetiva lo que se dice respecto a la sociedad internacional constituida por estructura, actores, sujetos y temáticas.
Si bien, han existido diferentes debates en torno a la disciplina y sus teóricos, desde los más tradicionales, liberalismo versus realismo, tradicional vs transnacional, neorrealismo vs neoliberalismo hasta llegar al racionalismo vs reflectivismo, y es en estos debates, que no son más que enfrentamientos de ideas y supuestos teóricos, que se localizan tres teorías que resultan conveniente mencionar: neorrealismo, neoliberalismo y teoría crítica.
Importante mencionar que cada una de ellas plantea supuestos respecto al poder, mismo que se utiliza para conocer lo multipolar o no del sistema internacional actual; mientras en el neorrealismo el principal actor es el Estado y este se relaciona como los demás Estados mediante una estructura jerárquica y el poder es una relación de influencia o de hacer que el otro (Estado) haga o deje de hacer lo que el primer Estado le impone o le recomienda hacer, por ejemplo para Gilpin en la década del 2000, mencionaba que,
“…Estados Unidos sigue siendo «el poder militar más importante del mundo (…) y el volumen y la productividad de su economía lo convierten en la única superpotencia económica», si bien ese liderazgo no puede estar al servicio de los estrechos intereses de una nación. Para Gilpin, ese poder es el que permite que Estados Unidos sea el único país que puede asegurar el liderazgo necesario en la economía política global para evitar la reaparición del proteccionismo o de un regionalismo que conduzca a bloques comerciales cerrados, asegurando mercados abiertos, y la provisión y mantenimiento de las reglas e instituciones que requerirá la gobernanza global y bienes públicos globales. «El mundo necesita el liderazgo norteamericano, pero los Estados Unidos no pueden ser el único líder», prosigue Gilpin, y habrá de incrementarse la cooperación con la Union Europea y con Japón. «Si los Estados Unidos no vuelven a asumir su liderazgo, es probable que la segunda gran era del capitalismo global desaparezca, igual que la primera».” (En Sanahuja, 2008: 306)
Entonces por lo antes dicho, claramente la hegemonía militar de Estados Unidos está marcada por el poder coercitivo que este país tiene frente a los demás debido a su capacidad militar, es así como se impone la jerarquía en la estructura del sistema internacional, además una de las características del poder es que es asimétrico.
Para Susan Strange, otra neorrealista desde la economía política, el poder se clasifica según su fuente o también denominado poder estructural[1], donde las fuentes primarias son, seguridad, producción, finanzas y crédito, y el conocimiento, en este sentido según la cantidad, es la capacidad de un Estado para relacionarse con los demás, y así ser “polo” de poder en el sistema internacional.
Entonces, los polos según Waltz, “son los Estados, que disponen de recursos en todos los ámbitos que se consideran como indicativos para la capacidad del Estado” (Barbé, 2010:24) y que obviamente interactúan en un sistema internacional anárquico, donde la cooperación es mínima, que, a decir de la propia Barbé (2010: 25), “la estructura está determinada por las capacidades materiales relativas sin tomar en consideración el proceso (interacciones) del sistema internacional”
En suma, la polaridad se refiere a la capacidad de uno o varios Estados que sobre salen en el sistema internacional por marcar una diferencia con los demás Estados, y es está categoría que ayuda a organizar al sistema internacional en unipolar, bipolar y multipolar, que solo clasifica a los Estados y por ende no participan otros actores de las relaciones internacionales. Según la historia mundial tenemos varios ordenes internacionales marcados por lo unipolar, bipolar o multipolar (más de dos Estados con diferentes capacidades materiales en el SI), por ejemplo durante la Guerra Fría, el mundo se caracterizaba por dos polos, Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS); a finales de la Guerra Fría, el mundo se configura en unipolar, donde claramente la potencia de Estados Unidos predomina las relaciones internacionales; y actualmente según las cifras en materia económica, gasto militar; o reclamación desde las instituciones internacionales por cambiar las reglas del juego, caso India y Brasil, el orden internacional se vislumbra multipolar para algunos estudiosos de las relaciones internacionales.
La teoría crítica o reflectivista, nos ayuda a comprender desde otra óptica al sistema internacional, ello porque viene a cuestionar el orden de las cosas, inclusive hace uso de la historia para entender los procesos de la estructura del SI, así también aparece en la década de los 90s, pone énfasis no solo en el Estado sino en otros actores de diversa naturaleza, inclusive cuestiona la idea de polaridad en el sentido para ordenar al mundo (Sanahuja, 2008).
Uno de los teóricos más destacados desde la revisión crítica es Robert Cox, quien propone aplicar el método de las estructuras históricas, mismo que se clasifica en tres aspectos, el primero sobre relaciones sociales, entendidas estás como relaciones de producción; la segunda versa sobre las formas del Estado, resultado de la historia; y la tercera el ámbito de los órdenes mundiales, entendidos como configuraciones particulares de la fuerza, por ejemplo orden hegemónico (Sanahuja, 2005: 169). Cabe mencionar, que dentro de esta teoría, se clasifica de hegemonía a un actor que tiene congruencia en sus capacidades, sus ideas y las instituciones. También hay un poder relacional, es decir como los actores utilizan cada una de las clasificaciones anteriores para relacionarse con el otro e imponer ya sea ideas y/o instituciones y/o capacidades. A cada una de estas relaciones se clasifican en congruencia material, congruencia normativa, congruencia institucional o estructura disfuncional. (Apuntes clases, 2016)
Así mismo, siempre habrá que preguntarse sobre el poder lo siguiente,
“¿Qué agenda se está discutiendo? ¿Qué reglas se están debatiendo? ¿Quién estableció esas reglas? ¿Quién determina cuando está igualado el terreno de juego? ¿Quién proporciona los árbitros? ¿Qué estándares prevalecen? ¿Qué lengua se utiliza cuando se debate y se negocia? A largo plazo, las respuestas a estas preguntas pueden decirnos más sobre el poder y la influencia en las relaciones internacionales que los resultados de las negociaciones sobre cuestiones específicas.” (Ibíd., 2008: 310).
Finalmente, la teoría del neoliberalismo institucional propuesta por Nye, pone énfasis en el aspecto multilateral, entendido este no como multipolaridad, sino como un sistema internacional regido por instituciones – organizaciones internacionales de diferente carácter que apoyan a que el poder se distribuido entre los actores que conforman el SI, ojo, no es el objetivo el poder dentro de esta teoría, pero si se reconoce que existe, por ello lo “neo”, pues si bien sigue concibiendo la cooperación como poder absoluto, donde los actores cooperan en igualdad de condiciones y se benefician de manera mutua, no importa la asimetría, lo importante es beneficiarse de la cooperación.
El cómo de esta teoría para explicar la multipolaridad recae en que gracias a las instituciones formales o informales, los demás Estados inclusive algunas organizaciones internacionales (formadas por Estados) reclaman mayor participación en la tomas de decisiones en el orden internacional, por tanto cuestionan la estructura y el orden del sistema. Grandes ejemplos son Brasil y la India y su posicionamiento en el Consejo de Seguridad en la década reciente.
Las teorías revisadas, así como algunos textos especializados en la materia ayudan al autor de este ensayo a responder las preguntas que se plantearon como objetivo del texto.
¿Tiene el actual sistema internacional una estructura multipolar?
Desde una opinión personal, considero que depende el marco teórico que se utilice para definir al sistema internacional, es la respuesta a la pregunta, es decir, si revisamos desde una óptica neorrealista, donde solo el Estado es el único actor en el sistema internacional caracterizado por ser anárquico y donde el poder es asimétrico y se impone hacia los otros Estados según las capacidades, se puede decir que es un sistema multipolar.
Para algunos académicos, tal multipolaridad se debe a los procesos de la estructura, marcados recientemente por la crisis financiera, que obligó a la configuración de instituciones informales como el G20 por ejemplo, donde la toma de decisiones en materia económica y financiera no solo la deciden unos pocos (G8), sino que se vislumbra la posibilidad de que otros Estados participen, en este sentido se reconoce la capacidad que los otros tienen respecto al asunto.
Por ejemplo, desde una visión reflectivista, podría decirse que el sistema internacional no es multipolar, puesto que se cuestiona la polaridad como categoría analítica, ya que las “fuentes de poder y los actores relevantes son más diversos” (Sanahuja, 2008: 301) Así mismo, justo se cuestiona el poder de quién, para quién, sobre qué. Por lo que tal polaridad no ayuda mucho a describir la situación actual del sistema internacional, justo porque deja de lado los procesos sociales, la historia, a los demás actores de las relaciones internacionales que cada vez ganan más peso en la arena internacional, ejemplo de ello los grupos terroristas enclavados a nivel territorial con una participación en el sistema internacional, los grupos paramilitares, etc. lo cual viene a vulnerar la seguridad internacional y cuestiona al papel del Estado como garante de la seguridad, esto muy desde la óptica realista de Hobbes.
Y desde una mirada neoinstitucionalista, se puede decir que el sistema internacional es multipolar porque hay más países demandando tomar decisiones en las instituciones que norman las interacciones interestatales, por ejemplo, “Países emergentes, avanzar hacia un sistema multipolar, en el marco de una política exterior más asertiva, en la que se aspira a ejercer mayor influencia global, es un objetivo expreso de la política exterior de países emergentes (o re.emergentes) BRIC.” (Sanahuja, 2008: 301)
En suma, la respuesta es ambigua, dependerá del analista y su marco de referencia para determinar lo multipolar del sistema internacional, lo importante es cuestionar el sistema de cosas, por tanto para mí la polaridad no resulta ser una categoría validad para el análisis, así paso a dar respuesta a la pregunta siguiente.
¿Es la polaridad una categoría de análisis adecuada para la comprensión de la estructura del sistema internacional contemporáneo?
A decir de Cockayne (2010: 12), “El mundo presenta actualmente rasgos muy distintos a los del año 1945. Se da más voz a nuevas y emergentes potencias en el marco de la arquitectura económica internacional, tanto oficial (Banco Mundial y FMI) como informal (el cambio del G-8 al G-20).” Por lo cual la categoría polaridad se queda corta.
En este sentido coincido con José Antonino Sanahuja, quien considera que los términos unipolar, bipolar o multipolar oscurecen, más que aclaran, la realidad de la sociedad internacional e insiste en que lo importante es el proceso de difusión y redistribución del poder (Barbé, 2010).
También aparece lo transnacional que justo va más allá de las fronteras territoriales que la polaridad no tiene marco de referencia para comprender, donde la economía caracterizada por la fábrica global, es decir un producto es realizado en diferentes partes del mundo, se sale del control de la estructura tradicional del sistema internacional. En suma, la polaridad no ayuda a comprender al sistema internacional actual.
Conclusiones
El objetivo del ensayo se cumplió, pues de manera concreta se da respuesta a las interrogantes planteadas.
El actual sistema internacional se caracteriza más allá de lo “polar” entendido que los polos de poder, comúnmente otros Estados, ya no son válidos para comprender las complejas relaciones internacionales del momento, donde cada vez más otros actores vienen y ponen en tela de juicio la capacidad de los Estados.
Entonces, ¿cómo caracterizar al sistema internacional actual?, en respuesta sería complicado hacer juicios de valor, pero me permitiré hacerlos, pienso que estamos ante unas relaciones internacionales más interdependientes, donde lo que realice un Estado positivo o negativamente afecta a otro u otros, pues todo traspasa las fronteras, sobre todo en materia medioambiental o económica.
Fue importante reflexionar sobre lo multipolar del sistema internacional, porque por lo general se piensa que es así, pero cuando desde una visión crítica, se piensa el tema, claramente desaprendemos cosas, tal como lo hizo mi pensamiento.
Referencias
BARBÉ, Esther (2010). “Multilateralismo: adaptación a un mundo con potencias emergentes”, Revista Española de Derecho Internacional, vol. LXII, nº 2, pp. 21-50-.
Cockayne, J; (2010), “¿Puede Estados Unidos construir un nuevo orden mundial? En VV AA, “El poder global”, La vanguardia dossier nº 34, pp. 7-13.
Sanahuja, J; (2015), “Los desafíos de la teoría crítica en las relaciones internacionales” En Del Arenal, C. y Sanahuja, A. (coords.), Teorías de las relaciones internacionales, Madrid, Editorial Tecnos, pp.157-186.
SANAHUJA, José Antonio (2008), “¿Un mundo unipolar, multipolar o apolar? El poder estructural y las transformaciones de la sociedad internacional contemporánea”, en VV AA, Cursos de Derecho Internacional de Vitoria-Gasteiz 2007, Bilbao, Servicio Editorial de la Universidad del País Vasco, ISBN 978-84-9860-3, pp. 297-384
[1] Lo define como, “la capacidad de una persona o grupo de personas para influir en los resultados, de tal forma que sus preferencias tengan prioridad sobre las preferencias de los demás». Ahora bien, es necesario distinguir entre el poder «de dónde», o «de quién», referido a los actores y las capacidades o recursos, el poder «sobre quién», referido al poder relacional, y el poder «sobre qué», es decir, sobre las estructuras que conforman la sociedad internacional” (En Sanahuja, 2008: 325).