Ibis Armida Pérez Bertrand | INTERNACIONALISTA UAG
Introducción
Guerra Fría, es el nombre con el que conocemos al suceso de años de tensión y conflicto de dos principales ideologías tanto económicas como políticas lideradas por la Unión Soviética y Estados Unidos, que hasta finales del siglo pasado seguía latente, y que se inició formalmente después de la Segunda Guerra Mundial, y a pesar de que los dos países terminaron como vencedores, sus distintas maneras de querer crear y consolidar un nuevo orden mundial los llevo a un conflicto con consecuencias y cambios enormes en todo el mundo.
Es así como la guerra entre el capitalismo (EU) y el socialismo soviético (URSS) había empezado con diferentes sucesos, a lo largo de varias décadas del siglo XX, peleando indirectamente utilizando como conejillo de indias a un mundo con un gran hueco económico y social, que pretendieron aprovechar estas dos potencias enfundándose en una carrera armamentista y en la que se comentara a continuación: una carrera espacial.
Actualmente se han sumado muchas potencias con grandes avances tecnológicos y científicos a la exploración del más allá de nuestro planeta azul, y es bien sabido que aunque la URSS se desintegró como estado socialista en 1991, la competencia sigue en pie entre varias otras naciones, sin embargo, aquí se va a reconocer: sus inicios, su legado, y la importancia tan inmensamente importante de ser los pioneros en darnos a conocer algo más allá de nuestra órbita, la naturaleza del ser humano, de querer conquistar lo que no podemos tener, y como fue aprovechada esa fascinación que tenemos algunos por el espacio exterior.
Partes implicadas
Contextualización regional e histórica. El capitalismo contra el comunismo en la década de 1960.
Los años cincuenta fueron la década de Eisenhower y Krushnev. Ambos en teoría más no en práctica querían reducir el gasto militar y buscaban la distensión y la coexistencia pacífica. Por desgracia, nunca se pusieron de acuerdo en lo que significaba tal cosa. Para Eisenhower implicaba la aceptación del status quo internacional. El mundo comunista debía admitir las fronteras existentes, sin intentos de seguir ampliando su territorio. Para Krushnev significaba que las dos potencias no empezaran la guerra, pero tuvieran libertad para competir por el poder y la influencia en el mundo. De esta forma, justificaba la combinación de la distensión con las supuestas reivindicaciones de superioridad en misiles, que fueron pretensiones a las que dio cierta credibilidad el lanzamiento del Sputnik I (del que hablaremos más adelante) en el año de 1957 y el vuelo espacial de Yuri Gagarin en 1961.
En los años sesenta surgieron nuevos líderes en Estados Unidos: John Kennedy y Lyndon B. Johnson. Kennedy montó un programa de choque para ampliar las fuerzas misiles estratégicos de Estados Unidos, a pesar de saber que la balanza era ya favorable para su país. También amplió las fuerzas convencionales, pues tenía como pretexto que Estados Unidos estuviera en condiciones de responder y defenderse, en cualquier caso de una agresión comunista. Es entonces que para restablecer la confianza de los americanos en superioridad tecnológica, se autoriza el programa lunar Apolo, escogiendo una carrera que Estados Unidos estaba seguro que iba a ganar ya que la URSS no tenía muchas ambiciones respecto a la Luna en ese momento. Ambos países se habían visto al borde de la catástrofe durante la crisis de los misiles cubanos.
Sin embargo, ni así se pudo contener a expansión militar de Estados Unidos. La distensión ofendía a los puristas ideológicos, a los partidarios de la línea dura y a los militares de Moscú. En octubre de 1965 fue postergado por un nuevo liderazgo en torno a Brezhnev. Convencidos de que la humillación sufrida en Cuba se debía a la debilidad militar, sobre todo a la carencia de las potencias navales, entonces emprendieron una fuerte expansión de las fuerzas nucleares y de las convencionales.
En la carrera espacial Occidente tenía desde un principio todas las ventajas debido a su superioridad tecnológica y económica. Estados Unidos podía gastar mucho más dinero que la Unión Soviética, manteniendo la presión fiscal en niveles relativamente bajos. Los socios del Pacto de Varsovia no disponían de recursos para contribuir.
El eje de la Guerra Fría se estaba desplazando hacia el mundo en vías de desarrollo. Cuando los gobiernos coloniales europeos se fueron acabando, surgieron nuevas naciones, principalmente en África y Asia. Donde las potencias coloniales se resistieron, nacieron ejércitos guerrilleros para expulsarlas. Obviamente estos ejércitos recurrían en busca de ayuda a los únicos que se la ofrecían, en este caso por supuesto que me refiero a la Unión Soviética, pues esta atraía a los Estados recién surgidos, pues no se asociaba con los gobiernos anteriores y mostraba un amplia trayectoria antiimperialista, fue así como la influencia soviética logró extenderse muchísimo, sin embargo era con aliados que no le podían ayudar mucho económicamente.
Análisis de la cuestión
El cuatro de octubre de 1957 a las 22:48 horas (hora de Moscú, por supuesto), se dice que la humanidad entró en una nueva época, se daba inicio a la Era Espacial. Esta definición que nos puede sonar como de película, comenzó cuando la Unión Soviética puso en órbita el primer satélite artificial de la Tierra hecha por los humanos. La primera velocidad cósmica calculada hasta entonces teóricamente por primera vez en la historia había sido llevada ya a la práctica. La palabra rusa “Sputnik” que significa satélite fue dada a conocer en todos los idiomas de todos los pueblos del mundo.
El lanzamiento del primer satélite de la historia humana no fue ninguna casualidad y estuvo precedido por un enorme trabajo de cálculos y experimentos realizado por los investigadores encabezados por el ingeniero aeroespacial Serguei Koroliov , quien tenía a cargo de diseñador general de cohetes balísticos
Anterior a eso, los soviéticos ambiciosamente ya pensaban en algo drástico que cambiara la opinión y los pusiera con la cara en alto en todos los países del mundo, sin embargo no habían tenido éxito ya que todo lo que se intentaba mandar eran objetos muy pesados e incluso laboratorios completos. Koroliov propuso entonces que se pusiera en órbita un minúsculo satélite, para no perder ventaja con los estadounidenses, era clarísimo que no tenían tiempo que perder, los estadounidenses tenían una propuesta similar pero para 1958, entonces la propuesta fue aprobada casi automáticamente por las autoridades del país.
El nombre oficial del “Sputnik” fue Satélite Artificial Terrestre (ISZ por sus siglas en ruso) y fue lanzado desde el polígono experimental del Ministerio de Defensa de la URSS. El Sputnik permaneció en órbita durante 92 días, hasta el cuatro de enero de 1968 y le dio 1440 giros a la Tierra, su legado es inmortal, de hecho como consecuencia de este evento magistral tan importante para la humanidad, se declaró este como el año Geofísico Internacional establecido por la ONU en 1957.
Kruschnev extasiado con este logro obtenido a nivel internacional, que fue más propagandístico que científico, orden para lo que se prepara otro lanzamiento para la conmemoración del aniversario de la Revolución Bolchevique. De igual manera, los soviéticos siguieron innovando en esta competencia por tener la hegemonía tecnológica, el tres de noviembre de 1957, la Unión Soviética enviaba al espacio exterior a la perrita “Laika” el primer ser vivo en orbitar la Tierra.
El lanzamiento del Sputnik y el suceso de la perrita Laika por supuesto que tuvo repercusiones catastróficas para los que llevaban la batuta en los Estados Unidos, provocando la llamada coloquialmente “Crisis de Satélites”, dándose a entender por supuesto que la Unión Soviética les había dejado atrás en la exploración del espacio. Fue entonces cuando se creó la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) así como la Agencia de Proyectos y de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA), es así como se intensificó la “carrera espacial” entre las dos superpotencias.
Hay que tomar en cuenta que dado a que la tecnología usada para el lanzamiento de naves espaciales tenía una estrecha relación con los misiles balísticos, utilizados como amenaza de defensa ampliamente durante la carrera armamentística, desde el año de 1957 hasta 1965 solo Estados Unidos y la URSS fueron capaces de lanzar satélites al espacio.
En esta era espacial la humanidad superaba ya todas sus fronteras, así que ninguna de las dos potencias se quedó con las manos cruzadas. Por su parte Estados Unidos, tan solo un año después lanzó el Explorer I, el treinta y uno de enero de 1958 y fue diseñado y construido por un grupo de científicos de la Universidad de Iowa, liderados por James Van Allen. También los norteamericanos ya experimentaban los efectos de la ingravidez y las aceleraciones unos años antes, pero lo hacían con primates, en 1948 el mono Albert hizo el primer viaje suborbital, pero no alcanzo siquiera a salir del espacio con vida.
Este grupo se había acreditado previamente con la primera observación de electrones de la aurora desde un cohete, lo cual tenía recelosos a los soviéticos.
El objetivo de ambas superpotencias era comprobar los peligros que entrañaba el espacio para los seres vivos y por supuesto, de esta manera, preparar el terreno para los humanos. En ese tiempo los soviéticos ya llevaban una clara ventaja con innumerables lanzamientos exitosos después de Laika, y fueron los primeros que colocaron a un hombre en el espacio, el cosmonauta soviético Yuri Gagarin.
En la nave Vostok-I, fue en la que realizó su vuelo Gagarin. La nave de forma esférica (informalmente los especialistas se referían a ella como “sharik”, “bolita” en ruso) era una continuación de la seria de aparatos cósmicos Sputnik. Esta misión hizo de Gagarin de la carrera espacial en la URSS. No obstante también cuatro años después del primer viaje de la carrera espacial de Gagarin, otro cosmonauta Alexey Leonov, pasa 12 minutos fuera de su cápsula y da el primer paseo espacial de la Historia. Un cable de poco más de cinco metros lo mantenía sujeto a la aeronave.
Fue en el aspecto lunar en donde casi 10 años después Estados Unidos pudo demostrar ventaja frente a los soviéticos, si bien habían tenido bastantes logros y avances, siempre quedaban un paso atrás, pero esto dejo de serlo por primera vez tomó ventaja en la carrera, siete meses antes de que Armstrong caminara sobre la Luna. Tras 55 horas y 40 minutos de viaje, el Apolo 8 con la tripulación de Frank Borman, James Lovell y William Anders se convierte en la primera nave tripulada en entrar en la órbita lunar.
Llegar a la luna se volvió el objetivo obsesionante de norteamericanos y soviéticos en la gran competencia espacial, por largo tiempo, un largo camino de sacrificios y mártires. Cuando por fin Estados Unidos lo consiguió en la muy famosa Misión Apolo 11. Los tres astronautas elegidos fueron: Neil Amstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, alunizaron el veinte de julio de 1969, dicho alunizaje fue transmitido por televisión en todo el mundo que veía con expectación e incredulidad este suceso.
De ahí en adelante Estados Unidos llevo a cabo otros 5 alunizajes Apolo. Este día inolvidable para toda una generación comenzó cuando Neil Amstrong se convirtió en el primer hombre que puso un pie en la luna, y dirigiéndose a todos aquellos que observaban su hazaña inmortalizo la frase: Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad.
Perspectiva Futura.
Al principio de esta guerra por el espacio, todos los avances tecnológicos de Rusia y Estados Unidos, se convirtieron en secretos de Estado y las organizaciones de espionaje crecieron en ambos lados, todo esto en un marco de contiendas políticas e ideológicas. Sin embargo, luego de una reestructuración del mapa mundial, esta carrera se volvió más razonable y los propósitos de conquista con fines estratégicos, se pasó a la ciencia como objeto y fin de las investigaciones.
Ya dentro de este contexto, los rusos y americanos comenzaron a hacer uso de la estación espacial MIR que en sus inicios era solamente soviética, la llegaron a compartir. El doce de febrero de 1987, Estados Unidos y la Unión Soviética firman una declaración conjunta, en donde se establece que: su intención de cooperar sobre las bases de una asociación mutua en el proyecto de crear y operar conjuntamente una estación espacial internacional denominada ALFA.
Estos planes de proyecto, recibieron un gran impulso con la decisión del entonces ya presidente Reagan de apoyar la versión de una estación espacial más reducida, dividida en dos fases. Con la caída de la Unión Soviética, la escasa competencia de la ESA (Agencia Europea del Espacio) y a pesar de los nuevos países con logros sorprendentes en el tema , Estados Unidos tiene actualmente la supremacía del espacio, demostrándolo con las nuevas misiones, esta vez con otros fines muy alejado a los antiguos fines exclusivamente propagandísticos.
Conclusión y Anexos (cosas de las que vale la pena hablar)
¿Valió la pena el abominable gasto que se invirtió? ¿Volverá el interés al cosmos de manera masiva en todo el mundo? ¿Cuáles fueron realmente los avances tecnológicos que se ganaron con esta era espacial?
Si bien es claro que la Era Espacial no ha terminado y que el hombre tiene todavía una largo camino por recorrer en el infinito universo, durante la época de tensión una propaganda de tal magnitud fue de gran importancia porque establecía casi en automático, que potencia estaba avanzada y por consecuencia, daba paso a especulaciones sobre cuál de las dos facciones ideológicas iba a ser la vencedora.
*Diferencia entre “Astronauta” y “Cosmonauta”
Ambos términos están relacionados con las personas que conforman una tripulación que realiza viajes al espacio exterior, es decir que van más allá de la atmósfera de la tierra. Si bien es cierto estos términos provocan ciertas confusiones, siempre es importante aclarar el significado de esta palabra. “Astronauta” es un apersona que tripula una nave espacial o astronave y está entrenada para efectuar este trabajo.
Esta palabra proviene del término inglés “astronaut” utilizado en los Estados Unidos y debido a la cercanía al país norteamericano, se emplea comúnmente en Latinoamérica. “Cosmonauta” es un término proveniente de la palabra rusa “Kosmonavt”, que es de igual significado solo que se utiliza en territorio ruso y en las naciones que conformaron la antigua Unión Soviética.
La diferencia sólo está en el empleo de estas palabras en diferentes lugares, pero el significado es el mismo.